26. pumuky

Naufragando por la red me he topado con ésta imagen de Pumuky, aquél duendecillo travieso que le hacía la vida imposible al adorable viejito con el que vivía, sólo los que tengan los mismos años que yo o incluso más lo recordarán.

Ahh, aquellas tardes en que volvíamos corriendo del cole, agarrabamos el bocatanocilla y nos lanzábamos al sofá para verle, a él o a Barrio Sésamo, o a Pipi Calzaslargas, o a tantos otros,....

Nunca he entendido porqué no vuelven a pasar esas series que veíamos nosotros cuando éramos pequeños, nos hacían soñar, pensar que la magia existe, divertirnos con travesuras que no haríamos ni locos, la sombra de la zapatilla nos acechaba, en fin, nos permitía ser niños.

Las series de dibujos de ahora no son para niños, o por lo menos no para quiero-quiero, me niego en redondo, no le pienso dejar ver al niñochinojaponés de los c*** que se porta fatal, da malas contestaciones, está todo el día con la trompa fuera y, encima, le ríen las gracias; peor me parecen esas series donde todo es violencia encubierta, donde el mundo se presenta tal y como es, cuando deberían de disfrazarlo, para permitir a nuestros hijos soñar.

Creo que lo único que se consigue con eso es tener adultos en miniatura, amargados, violentos, asqueados y mal educados; pero es mi opinión.

Así que en mi casa, tiramos del Ares, grabamos y le ponemos los trocitos de nuestra infancia que algún adulto con morriña se ha tomado la molestia de digitalizar, para regalar a quiero-quiero un trocito de infancia, un pedacito de esperanza y un mucho de inocente magia.